Honderos baleáricos
Nuestra historia
La primera alusión encontrada de los honderos baleáricos se remonta al año 406 a.C. y hace referencia a su participación en las Guerras Greco-Púnicas en las que se enfrentaban los ejércitos del imperio griego con los del imperio cartaginés en la isla de Sicilia. Bastantes años antes, en el 654 a.C., las naves de uno de estos poderosos imperios, el cartaginés, imperio comerciante y marinero, llegaron a la isla mayor de las Pitiusas y fundaron la ciudad de Ebussus. No contentos, también intentaron conquistar las islas vecinas, Mallorca y Menorca, pero no lo consiguieron ya que fueron recibidos a pedradas, unas pedradas lanzadas de forma muy precisa y certera por los honderos que protegían las costas de las islas. Por este motivo los cartagineses llamaron a las islas como Islas Baleares ya que en su lengua significaba “las islas de los lanzadores de piedras”.
Durante un período aproximado de cuatrocientos años, entre los siglos IV i I a.C., los baleáricos hicieron del tiro con honda su principal salida profesional y fueron numerosas las participaciones de nuestros honderos en diferentes batallas que tuvieron lugar por toda el Mediterráneo.
Otro episodio en el cual la participación de los honderos también fue decisiva tuvo lugar en el año 125 a.C. cuando la flota romana llegó a nuestras islas con la intención de conquistarlas. Los honderos, desde la costa, armaron sus hondas y con lluvia de piedras hirieron a los marineros y estropearon las embarcaciones. Los romanos, sorprendidos, desistieron de sus intenciones y dieron marcha atrás y pusieron rumbo a Roma. Dos años más tarde, en el 123 a.C., regresaron nuevamente las naves romanas comandadas por Quinto Cecilio Metelo y entonces sí consiguieron desembarcar. Habían protegido los barcos con pieles de animales tensadas para minimizar el efecto destructivo de las pedradas de los honderos. Este año, el 123 a.C., empieza la romanización de las Islas Baleares.
Los honderos pasaron a formar parte del ejército romano y a las órdenes del cónsul Julio César lucharon en algunas batallas de la Guerra de las Galias tal y como él mismo narra de su propio puño y letra.
Corría el año 57 a. C. cuando tuvo lugar la batalla de Bibrax en la que participaron nuestros honderos. Esta batalla se considera la última vez documentada de la participación de los honderos baleáricos en actos bélicos.
Con el paso de los años aparecieron armas de más prestigio, más precisas, más potentes y también más destructivas, las cuales relegaron la honda a un segundo plano. La honda pasó a convertirse en una herramienta de pastores utilizada para controlar el rebaño. Y es así como nos ha llegado. Decía el folklorista Bartomeu Ensenyat que los pastores son los herederos legítimos de los honderos.
Hoy, en las Islas Baleares, el tiro con honda está considerado un deporte autóctono, recogido como tal en la Ley del deporte de las Islas Baleares de 17 de octubre de 2006.